Capítulo 2
Despierta
Martín
Martín se despertó con el sonido del traquetear de la formación férrea, que se escucha a lo lejos. Se restregó los ojos, despabilándose antes que suene la alarma del reloj. Una rara sensación de un sueño, a medio terminar, le quedó flotando en el pensamiento. Eran las 5:40 de la mañana. El preludio de un día agitado se agolpaba en la cabeza de este adormilado individuo. Con solo pensar en cada actividad que esperaba en el accionar de su presencia, le generaba migraña. Y no es buen augurio que en esos tempranos manotazos desperezantes de la mañana, se desperdicié tanta energía en proyecciones de un futuro cercano posiblemente agotador. Ya de por si, esas proyecciones de un posible futuro cercano son desgantantes. Pero él solía hacer ese juego mental para pasar el tiempo, (manía obsesiva canalizada en pensamientos).
Pegó un salto de la cama, arremetiendose hacía la ducha. El agua y el vapor lleváronse los recuerdos de la madrugada. Se vistió con rapidez, a la vez que deglute unas facturas del día anterior con un café cargado. Luego, agarra las llaves cerrando, con ímpetu, la puerta de la habitación que alquila en Munro. Abruptos pasos marcan el ritmo de su andar. Apurando más y más su respiración. Siente que no llega a horario al tren de las 6:30 am. Maldice, cómo cada mañana, su destino como peón en el tablero de gerentes y supervisores, que regañan cada llegada tarde pregonando descuentos de sueldos y todo tipo de sanciones a los empleados faltos de disciplina.
Con la camisa transpirada y el pulso de un colibrí, Martín llega a la estación...
Pez Interestelar
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